Por qué se Llama Luna de Miel La Romántica Historia

¿Por qué se Llama Luna de Miel? La Romántica y Sorprendente Historia

El verano es tradicionalmente la época más popular para casarse. Después de todo, en esta época todas las celebraciones se pueden organizar al aire libre, con impresionantes vistas de las bellezas naturales. Y después de las celebraciones que duran varios días, los recién casados, por tradición, disfrutan el uno del otro: se van de luna de miel o se instalan en su nuevo hogar, mientras discuten planes para el futuro juntos y se fijan objetivos concretos. Este período se conoce como luna de miel y hemos decidido investigar el origen de este término.

Muchas tradiciones tienen historias centenarias. Algunas están tan arraigadas en nuestra vida que se transmiten de generación en generación, mientras que otras, debido al desarrollo progresivo de nuestra sociedad, se olvidan y se quedan en el pasado. Pero no se puede decir lo mismo de la luna de miel: nadie va a olvidar este ritual tan «dulce«.

Luna de Miel: Historia del Origen de la Tradición

El término «luna de miel» aparece por primera vez en textos ingleses (como «honeymoon«) que datan del siglo XVI. Varios escritores (Samuel Johnson, John Heywood, etc.) lo usaban para referirse al primer mes después de la boda: un período en el que no hay nada más que ternura y placer. Sin embargo, la tradición en sí surgió mucho antes, aunque existen varias versiones de cómo ocurrieron las cosas exactamente.

Según una de ellas, en el siglo V d.C., en Europa y en la Rusia de la época, era costumbre dar a los recién casados una porción de honor de hidromiel, una bebida alcohólica débil que se obtenía fermentando miel. El novio y la novia debían beberla durante 30 días para aumentar la probabilidad de concepción. Al mismo tiempo, estaba estrictamente prohibido beber otro alcohol, ya que podía provocar una intoxicación rápida.

Regalo de miel para la boda
Regalo de miel para la boda

Otra versión dice que en lugar de hidromiel, a los recién casados se les regalaba un barril de miel. El propósito de este regalo era el mismo: debían comerlo durante un mes para aumentar la probabilidad de concebir un hijo. Se creía que este producto beneficioso, rico en vitaminas, minerales, antioxidantes y enzimas, fortalecía el sistema inmunológico, mejoraba la digestión, el sueño, el estado de ánimo y la memoria, además de proteger el corazón de diversas enfermedades. Con este regalo, los invitados no solo les deseaban una vida dulce a los recién casados, sino también una buena salud para ellos y su descendencia.

Raíces Etimológicas

Se cree que la palabra «honeymoon» («luna de miel») se deriva del antiguo inglés «hony moone.» Esta frase se refería a la dulzura de un nuevo matrimonio, similar a la miel, y la disminución de esta dulzura con el tiempo, similar a cómo la luna mengua después de estar llena. El uso más antiguo registrado del término en el contexto del matrimonio se remonta a 1546, según Richard Huloet, un lexicógrafo inglés.

En algunas interpretaciones del origen del término, la hidromiel (mead), una bebida alcohólica hecha de miel, juega un papel significativo. Se dice que los recién casados en la antigüedad recibían suficiente hidromiel para durar el primer ciclo lunar del matrimonio, para asegurar la felicidad y la fertilidad. Esta costumbre fue anotada por el Oxford English Dictionary como parte de la historia del término.

Cómo ha ido Cambiando la Visión de la Luna de Miel

Con el paso del tiempo, la tradición ha experimentado numerosos cambios. Así, en Gran Bretaña y Estados Unidos del siglo XIX, las parejas después de casarse se iban de «tour de bodas», pero no de vacaciones a lugares turísticos, sino a visitar a amigos, familiares y miembros de la familia que, debido a diversas circunstancias, no pudieron asistir a la propia boda.

Luna de miel de pareja de vacaciones
Luna de miel de pareja de vacaciones

Con la llegada del siglo XX, la evolución de los automóviles y el desarrollo de la industria del turismo, el novio y la novia empezaron a viajar a lugares lejanos después de la boda para descansar de las preocupaciones nupciales y disfrutar de la compañía del otro. Se cree que fue precisamente en este período cuando nació el turismo de bodas: por ejemplo, a principios del siglo XX, las cataratas del Niágara se anunciaban en periódicos y radio como la «capital mundial de la luna de miel».

A la sociedad moderna le encanta la idea de viajar (solo necesitamos una excusa y ya estamos en la puerta del avión con las maletas), por lo que hoy en día muchas parejas recién casadas prefieren volar a algún lugar hermoso inmediatamente después de la boda para fortalecer su relación romántica.

Por cierto, un estudio mostró que durante la luna de miel aumenta drásticamente el nivel de la hormona del amor, la oxitocina. Según los autores del estudio, durante los besos, abrazos y al estar cerca de la persona amada, se produce noradrenalina, lo que provoca esas «mariposas en el estómago». Así que celebrar la luna de miel es beneficioso. ¡Comprobado!

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