Cada día, al sentarnos frente a la computadora, no pensamos en por qué las letras en el teclado están dispuestas de esa manera y no, por ejemplo, en orden alfabético. Esto puede parecer sencillo, pero la historia de la disposición del teclado se remonta a un pasado lejano, cuando las primeras máquinas de escribir apenas comenzaban a ser usadas.
La disposición del teclado QWERTY moderna es un legado de las antiguas máquinas de escribir. Recibió su nombre por las primeras seis letras de la fila superior de teclas. Su creador, el inventor estadounidense Christopher Sholes, se enfrentó al problema de los mecanismos de palanca que se utilizaban en las máquinas de escribir. En los primeros modelos, las letras estaban dispuestas en orden alfabético, lo que, en apariencia, debía simplificar la escritura. Sin embargo, la escritura rápida hacía que las palancas responsables de imprimir las letras se atascaran si estaban cerca y se usaban una tras otra.

Sholes comenzó a experimentar con diferentes disposiciones y llegó a la conclusión de que para evitar que las teclas se «atascaran», era necesario separar las letras más comunes entre sí. Después de decenas de prototipos, incluidas las teclados de dos, tres y cuatro filas, en 1878 apareció la versión final: QWERTY. Esta disposición se convirtió en el estándar para la mayoría de las máquinas de escribir, como la legendaria «Remington 1», y luego pasó a los teclados de computadora.
¿Por qué el Teclado QWERTY?
A pesar de las mejoras técnicas de las máquinas de escribir, que eliminaron el problema de las teclas que se atascaban, la disposición QWERTY se mantuvo sin cambios y continúa usándose hasta el día de hoy. ¿Pero por qué? Es por costumbre. Esta disposición se hizo tan popular que cualquier intento de reemplazarla se percibe como innecesario e incómodo.
Por ejemplo, una de las alternativas fue el teclado Dvorak, propuesto por el profesor de la Universidad de Washington, August Dvorak, en 1936. Su disposición tenía en cuenta la ergonomía y buscaba reducir la carga sobre los dedos, colocando las letras más usadas en las filas centrales del teclado. Por ejemplo, en la fila central debajo de la mano izquierda se colocaron las vocales, y debajo de la derecha, las consonantes más usadas.
Sin embargo, la disposición Dvorak no se generalizó porque requería volver a aprender, lo que muchos consideraban demasiado laborioso. Además, los teclados con disposición QWERTY ya se vendían en todas partes, y cambiarlos no era económicamente rentable.
Lo mismo ocurrió con otra disposición alternativa, Colemak, desarrollada en 2006. Ofrecía una mejor ergonomía y una ubicación más cómoda de las teclas, al tiempo que conservaba las combinaciones de teclas familiares, como Ctrl+Z y Ctrl+S. Pero tampoco pudo desalojar a QWERTY del mercado.
QWERTY Sigue Siendo la Mejor Opción
En la actualidad, existen decenas de disposiciones de teclado diseñadas para diferentes idiomas y necesidades. Pero precisamente QWERTY y sus derivados siguen dominando. Esto se puede explicar no solo por la historia de su aparición, sino también por el hecho de que la mayoría de los usuarios no ven la necesidad de cambios. Volver a aprender requiere tiempo y esfuerzo, y los teclados modernos con disposición QWERTY siguen siendo un estándar universal.
Por otra parte, el desarrollo de tecnologías como la entrada de voz y los algoritmos predictivos puede cambiar nuestra actitud hacia la disposición del teclado en el futuro. Es posible que en unas pocas décadas, el teclado físico se convierta en una rareza, y nuestros dispositivos reconocerán el texto por voz o gestos.
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