Era el 12 de junio de 1942 y ese día Ana Frank cumplía 13 años y esperaba recibir un regalo precioso: un cuaderno con tapa a cuadros rojos que ella usaría como diario. En su diario, Ana narró los años más dolorosos de su vida, pero también sus esperanzas y sus pensamientos más íntimos.
«Ana Frank me hace sentir menos sola«, «Ana Frank es mi amiga«, dicen muchas lectoras del diario más famoso de la historia del exterminio de los judíos de Europa realizado por los nazis durante los años de la Segunda Guerra Mundial.
¿Por qué ese Diario sigue siendo tan Importante?

Han pasado más de +82 años desde el 12 de junio de 1942. Ese día, Annelies Marie Frank (a quien todos llamaban Ana) cumplió 13 años y esperaba recibir un regalo precioso: un cuaderno con tapa a cuadros rojos que ella usaría como diario. En sus páginas y en las de otros cuadernos, Ana narró los años más dolorosos de su vida, pero también sus esperanzas y sus pensamientos más íntimos.
Ana Frank era parte de una familia de judíos alemanes que en 1933 había dejado la Alemania nazi para refugiarse en Ámsterdam. Para no ser deportados después de la llegada de los nazis a los Países Bajos, los Frank decidieron abandonar su casa y trasladarse a un escondite en la parte trasera de la fábrica de pectina que Otto, el padre, había iniciado en la ciudad.
El exterminio de los judíos de Europa fue decidido y organizado por el régimen de Adolf Hitler, con la ayuda de otras naciones, entre ellas la Italia fascista: hoy representa el genocidio por excelencia en todo el siglo XX y se llama «Shoah» (pronunciación: scioà), una palabra hebrea que indica una gran destrucción.
Hay cosas que sucedieron en el pasado que ya no nos hablan. La Shoah, en cambio, todavía tiene mucho que decirnos, y las palabras de Ana Frank no se han apagado sino que aún iluminan a millones de personas en todo el mundo.
El pasado se llama así porque pasa. Pero al pasar, deja huellas importantes que nos ayudan en el presente. Ana Frank se ha convertido en un símbolo de quien no se rinde, de quien desea seguir siendo sí mismo, de quien mira al futuro con ojos nuevos. Hanneli Goslar lo había entendido bien: ella había sido la mejor amiga de Ana, juntas habían vivido una juventud despreocupada y enfrentado incluso los peores momentos en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Hanneli contaba que su madre describía a Ana Frank a la perfección. Decía: «Dios lo sabe todo. Pero Ana lo sabe mejor».
¿Quiénes son las Ana Frank modernas?
Ana se oculta dentro de todos esos niños que en la escuela son víctimas de acoso escolar; dentro de las niñas en los países en desarrollo que no pueden estudiar solo porque son mujeres; dentro de los inmigrantes que se ven obligados a dejar su país y su familia; dentro de quienes son discriminados, excluidos, marginados…
Ana es un aliento para decir no a la indiferencia y ser la diferencia.
Durante su periodo de escondite, Ana Frank decidió escribir cada vez más en su Diario, para plasmar en papel sus emociones, para contar, dar a conocer, testimoniar. Ana decidió ser la voz en el silencio queriendo publicar sus escritos. Y anima a cada uno de nosotros a hacerlo. Hoy, también a través de otros medios de comunicación que tenemos.
Porque lo importante es hacer oír nuestra voz, exactamente como lo hizo Ana Frank.
Independientemente de nuestra edad, podemos compartir nuestros pensamientos, intercambiar ideas, contar y no taparnos los oídos, los ojos y la boca, sino decir no a lo que consideramos injusto.
Porque Ana Frank también se oculta dentro de cada uno de nosotros.
Ella misma escribía: “Qué hermoso el hecho de que nadie tenga que esperar un momento especial para comenzar a mejorar el mundo.”
“Veo el sol incluso cuando llueve” escribía Ana Frank.
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